MARIE-ALICE KORINMAN 

 
Consuelo
Rubí el canto hondo
pulsando entre las olas
Alternanza de astros
diapasón gota a gota
y ronda de mil esferas
al musitar los soles
 
El filtro de tu dedo
en la boca extraña
una nota de sangre
en la frente silente
bautismo encantado
Mientras
el dolor funda estrellas
que sobreviven al mar
un claro solo de mármol
que modulan las sombras
¿sabes? desvela aún presagios
 
Las venas de la carne
sus crudas filigranas
el crujido del azar
mareas de solsticio
son caminos de ronda
¿Por qué la bendición
del milagro de amar
por ser breve alisio
o luna de cristal
hasta que te descubra
- pupila mágica –
al centro del abismo
no despeja la angustia
los lastres incontables
de su corte fantasma
desprendiendo por fin
el verbo generoso
y que taña el aliento?
 
Miro tu mano lenta
esta vela intacta
que surca mi piel de otrora
por encima del nácar
y las vanas rieras
Vertientes de novas blancas
o latentes galaxias
al compás del presente
y fieras matinadas
 
El dolor es un sordo
desolador tumulto
Línea intercostal
donde la noche escancia
deletrea el pardo horizonte lejano
y vela el rescoldo
esta pasión certera
que resguarda la llama
Bendito sea el canto
pulsando entre las olas
 
Sonrisa perenne
Sin embargo
su sonrisa
cual ave infinita
te permite izar velas
de piragua viajera
por atmósferas limpias
en que cada latido
del todo es un reflejo
 
Y gloriosas riadas te
guían mar adentro
hacia sus firmes brazos
atemperando los sueños
los pasos vanos e inciertos
las ilícitas guerras
monótonos rodeos
de plexus o cabeza
 
Porque sus ojos hilan
y regresan sin miedo
al tejido del ayer
urdimbre solar de hoy
punto por punto fieles
a las reglas del juego
que hacen del ser
un reto
 
Bastidor de auroras
tiempo de cien espacios
al compás del presente
Su sonrisa es un paso
donde la noche es lumbre
en que la luz es danza
y la danza andanza
 
Diapasón esencial
hasta que todo abrasa
y el tiempo es ceniza
porque ahí está radiante
su sonrisa perenne
cual ave
nave
o lanza